Hemos recibido en los últimos años ideas de maquillaje que se ajustan a los gustos generales, en donde la mayoría encajamos sin sentir que algunas de ellas sólo le quedan bien a un grupo determinado de personas. Llegó el momento en donde profesionales dedicados a la belleza nos revelan sus mejores consejos para lograr obtener un maquillaje que se ajuste a cada necesidad.
Sabemos que la labor de ser madres a veces no nos deja mucho tiempo para pensar en el tema de la belleza, mucho menos en el maquillaje. Estos son mis consejos para estar a la moda y sentirse cómoda:
1. No hay verdad más absoluta que aquella que sostiene que el resultado del maquillaje depende de cómo tratemos nuestra piel. Es vital entender que hay muchos factores que influyen en el estado de ésta. Consumir alimentos ricos en antioxidantes y vitamina C, como vegetales verdes frescos, frutos rojos, carnes magras y tomar mucha agua, van a hacer que nuestra piel se alimente desde su interior y refleje todos los beneficios que dichos alimentos aportan. Debemos evitar los alimentos procesados, que contengan altos niveles de azúcares, fumar, tomar licor, trasnocharnos y excedernos con la exposición al sol.
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Debemos llevar una rutina diaria del cuidado de la piel. Primero y lo más importante, es identificar qué tipo de piel tenemos, si compramos productos que no van con nuestro tipo de piel, vamos a obtener resultados no deseados y en el maquillaje se van a reflejar. Debemos incorporar en nuestro kit (y en este orden aplicarlo), una loción limpiadora, jabón, hidratante, algún producto que aporte tratamiento según la edad y la necesidad como vitamina C, ácido hialurónico, serum anti-edad, etc., adicionalmente debemos tener una humectante, crema para el contorno de ojos, y finalmente bloqueador.
Mi recomendación principal siempre será no tapar con base aquellas zonas que no necesitan ser corregidas, o podemos aplicar en menor cantidad. Por lo general, en las que más debemos trabajar son en las ojeras, y en la parte central de la cara, o sea en el área de los pómulos. Busquemos bases ligeras de larga duración; se aplica con brochas esponjosas en la cara poniendo poco producto, capa por capa hasta obtener la cobertura deseada y para el área de los ojos debemos usar un corrector que no sea muy claro, más bien que se asemeje al tono de la base, se aplica con suaves toques y se difumina con un “blending brush limpio”, el mismo que se usa para difuminar las sombras. Se sella con polvos traslúcidos solo en la zona T, las comisuras de la nariz y las ojeras, se deja el área de los pómulos libres de polvo para permitir que la luminosidad del trabajo de piel resalte.
Para cualquier edad y momento podemos usar un rubor mineralizado, ligeramente satinado y para el contorno usamos un tono apenas arriba de la base. En los dos casos hacemos toques con una brocha de cara angular, iniciando en la entrada de la oreja y terminando en la parte interna del rostro y el rubor de forma contraria, empezando en las manzanas de las mejillas y desplazando el trazo hacia la parte exterior de la cara. Podemos reemplazar el rubor en polvo por uno en crema para reflejar una mayor hidratación.
En los ojos usamos una sombra satinada en tono bronceado, se aplica en el párpado móvil y se difumina con una sombra mate color durazno en el pliegue del ojo. Delinear con sombra marrón oscuro en el último cuarto del ojo en la parte externa y aplicar más capas de rímel en la misma parte, acentuará la mirada, haciendo un efecto lifting. Las cejas solo se estructuran y se peinan con un rímel de cejas en un tono medio y acorde al color de piel, entre más naturales se verán mucho mejor.
Encapsula los labios con un delineado cremoso en tonos nude y rellena con un gloss que tenga el mismo color.
Si sigues estos pasos y los haces hábitos en tu rutina diaria, con seguridad no te tomará más de 25 minutos, que indiscutiblemente marcarán la diferencia a la hora de maquillarte.
