
Seguramente has escuchado hablar del Baby led weaning (BLW), un método que inició hace 15 años en el Reino Unido y Nueva Zelanda; y que se ha extendido por Europa y América. Esta es una forma de alimentación para los bebés que consiste en iniciar la alimentación complementaria del niño con alimentos del tamaño y textura adecuados para comer por sí mismo, a partir de los 6 meses de edad. También se define como auto-weaning. En el BLW los padres dan a sus hijos alimentos troceados o triturados.
Con este método es el bebé quien decide qué, cuánto, y en qué tiempo come, haciéndolo parte del proceso de su alimentación y permite que puedan compartir una comida familiar con algunos ajustes menores.
La experiencias para los padres han sido positivas, así lo comparte la psicóloga Mónica Encinoza, su bebé tiene un año y tres meses, y escogió este método porque lo considera el más completo para la relación de mamá-papá/hijo, en lo que se refiere a poder compartir una comida juntos, con independencia.
“Es un método idóneo porque no solo podemos ver los avances en su alimentación, que es una base fundamental de su desarrollo, y ver cómo no es solo su comida. Podemos observar la concentración del bebé al alimentarse y cómo manifiesta, por sus propios medios, gestos de agrado o desagrado. Además, lo hace un participante activo de su proceso de alimentación. Es muy muy valioso”, señala.
Ella explica que la principal fuente de información con respecto a este método es Internet. Existe una amplia gama de contenido que explica, de manera profesional, sobre los alimentos y cómo debía presentarlos a su bebé. “Los testimonios de otras mamás son súper importantes, ciertamente no todos los niños son iguales, la experiencia de otras me dio muchas ideas y más seguridad”, agrega.
Mónica siente que con este método su bebé realmente ha entablado una mejor relación con la comida: “Es muy libre en probar todo y creo que no solo el bebé es el que debe estar seguro, también nosotros: papá o mamá; porque ellos deben sentir que el comer es algo bueno y saludable”. Además, afirma que le ha dado a su hijo la independencia de alimentarse a su ritmo.
“BLW para mí no es solo sobre cómo puede aprender a alimentarse Joaquín, es también ver cómo avanza con la motricidad fina, cómo tiene la capacidad de coordinador desde muy pequeño su mano, lograr hacer una pinza, y el explorar texturas y sabores con absoluta libertad; por supuesto siempre cuidando que esté seguro”.
¿Qué debes tomar en cuenta a la hora de iniciar con el BLW?
Es importante documentarse, como acota Mónica, y observar qué se le da mejor al bebé y qué le cuesta más agarrar con sus manitas. Por ejemplo, si los alimentos son muy blandos el niño los aplastará al cerrar su puñito. En cambio si son muy duros podría lastimar sus encías. Hay que revisar muy bien la temperatura de los alimentos, no deben estar ni muy calientes ni muy fríos.
Con respecto al tamaño de los alimentos, lo recomendable son trozos grandes, para que el bebé los pueda chupar o machacar con las encías. Más adelante podrá tomarlos con sus manos, cuando aprenda a hacer una pinza con el índice y el pulgar.
Otra recomendación es darle los alimentos de uno en uno, para comprobar cuál alimento le sienta bien al bebé. Una vez hecha esta prueba, puedes comenzar a agregar otros alimentos a su plato, para que pueda disfrutar de distintas texturas y sabores. Quédate atenta en el momento en que el bebé está comiendo, porque así evitarás un susto.
No te preocupes si los primeros días no ingiere todos los alimentos, permite que el bebé viva su proceso, al principio se va a entretener jugando con lo que le pongas en el plato, pero poco a poco se irá adaptando al método.
Seguramente el bebé se va a ensuciar, prepárate con un babero y espera a que termine de comer para limpiar los residuos que vayan cayendo en el piso o alrededor de su plato. No interrumpas su proceso.
¿Qué alimentos escoger y cómo presentarlos?
En Sonríe Miami te dejamos una pequeña lista que te servirá de guía como inicio para comenzar con el BLW, no te olvides de consultar siempre a tu pediatra.
-Ramitos de brócoli.
-Papas cocidas.
-Pepino en tiras.
-Zanahoria cocida o asada.
-Calabacín cocido o asado en trozos.
-Aguacate en trozos.
-Pan.
-Macarrones cocidos.
-Tortilla de huevo.
-Plátano en trozos.